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Se trata de un proyecto creativo e interdisciplinar donde se desarrollarán materiales pedagógicos para la divulgación científica.

 

Con textiles reciclados y conformando texturas pétreas a partir de componentes de origen polimérico buscan construir materiales pedagógicos que tienen como objetivo divulgar el conocimiento científico y patrimonial de la colección RICOL del Museo de Geociencias de la Facultad de Minas de la UNAL Medellín. Uno de los componentes importantes de este proyecto es que con esta iniciativa el Museo podrá llevar parte de esta colección a cualquier rincón del país.

 

Para este proyecto de divulgación científica y apropiación social del conocimiento se unieron una paleontóloga, Laura Mora; una Ingeniería Geóloga, Mariana Vásquez; una antropóloga Daniella Carvalho; una artista y museóloga, Beatriz Pérez; una artista-ilustradora, Catalina Suescun; una artista textil Alejandra Ruíz; una experta en materiales, Claudia Silva y un diseñador industrial, Tomás Hernández.

 

 

Alejandra Ruiz, Diseñadora de vestuario de la UPB, aseguró que esta propuesta se ejecuta, luego de ganar la Convocatoria 2020 de estímulos del Ministerio de Cultura -Beca para Testeo y Validación de Bienes Creativos en Etapa Inicial. “El propósito, para desarrollar los materiales pedagógicos, es emplear las técnicas asociadas a Proyecto Pétreo, mi experimentación personal en el área de textiles y nuevos materiales poliméricos; un tema que conecta la colección RICOL, recolectada en la década de los 50´s por la Richmond Petroleum Company en numerosas exploraciones petrolíferas que se llevaron a cabo en diferentes zonas del país.

 

Entonces, este grupo interdisciplinar pensó en juntar narrativas y conceptos para divulgar la importancia que tiene esta colección, no solamente para entender la evolución de la vida, sino también para comprender la historia económica del país. Laura Mora, paleontóloga explicó que, “la Colección RICOL tiene un gran potencial de investigación científica, puesto que incluye una parte del registro paleontológico de las comunidades de moluscos marinos que habitaron en Colombia durante el Mioceno, esto hace que eventualmente el estudio de esta fauna fósil, nos permita evaluar la respuesta de estos ecosistemas a la variabilidad climática asociada al óptimo climático del Mioceno medio, un evento de rápido aumento en la temperatura global, ocurrido hace aproximadamente 16 millones de años y que se ha asociado con un incremento en los niveles de CO2 atmosférico”.

 

 

La profesora Marion Weber Scharff explicó que, “es una iniciativa interesante, bien estructurada, cuenta con un grupo multidisciplinario de personas que en su profesión son supremamente buenas. Es un proyecto bien pensado y para la Facultad tiene un gran significado, “es claro que la colección paleontológica es un testimonio de los avances de las ciencias en el tiempo de lo que fue la Escuela Nacional de Minas de Medellín, hoy Facultad de Minas; estas colecciones del museo, son de las más antiguas e importantes, es de las colecciones más grandes en geología que tiene el país, y fue construida en momentos donde digamos se valoraba mucho este conocimiento científico”.

 

Añadió que fue Gerardo Botero, primer Decano nombrado en la Facultad (1940-1942), Ingeniero Civil y de Minas, quien dejó una importante obra de geología, paleontología, ciencias naturales e historia de las ciencias de la tierra, posterior a sus recorridos por gran parte del territorio colombiano, recolectando y estudiando fósiles y rocas.  “Entonces estas colecciones dan cuenta de un proceso histórico de construcción de conocimiento en la facultad, pero también hay que entender la Facultad como parte de la historia del conocimiento del país, y desde 1940 como parte de la historia de la Universidad Nacional de Colombia”.

 

Finalmente, Weber Scharff reiteró que para el museo este tipo de proyectos son transcendentales, porque muestran las posibilidades que tienen estas colecciones, lo que se puede hacer con ellas, demuestra que son colecciones activas, que no están guardadas en un depósito y cuentan con diversas posibilidades de su uso científico que es el más importante, pero no es el único.

 

Daniella Carvalho, antropóloga y estudiante de Maestría en Historia explicó que su importancia radica en encontrar el valor de las colecciones en la vida actual y traducir el conocimiento para las generaciones actuales, “la idea es reinterpretar estos objetos que hacen parte de la historia natural, que están consignados en el museo y que tiene un valor social de relevancia actual”.

 

Laura Mora agregó que la Colección no se ha usado en ningún estudio publicado, y por lo cual el proyecto Antropolites es una excelente oportunidad de divulgación científica que permita despertar el interés de investigadores e instituciones. Además, Antropolites es interesante considerando que, “los materiales incluyen no sólo textiles reciclados (un subproducto de las actividades humanas), si no también polímeros producidos a partir de hidrocarburos, que son obtenidos mediante la industria del petróleo. Así mismo, la quema de combustibles fósiles derivados de esta actividad económica, se ha asociado a una de las causas del acelerado aumento de la temperatura global actual, que a su vez, tendría un análogo en términos de su velocidad y naturaleza cuando se compara con el Óptimo Climático del Mioceno medio”, por lo cual si se hace divulgación científica será posible que en el futuro se desarrollen investigaciones que permitan entender los efectos del calentamiento global pasado, y de este modo proyectarlo a lo que podría suceder en el presente.

 

Uno de los subproductos de esta investigación es poder crear un repositorio digital de esta colección para poder acercar a las personas a estas piezas y generar unas maneras de apropiación contemporáneas, en un mundo postpandemia, relacionada con medios tecnológicos de presentación.

 

La colección RICOL lleva aproximadamente 70 años de haber sido recolectada y tiene aspectos muy interesantes que hablan del presente, es decir, desde el pasado nos ayuda a entender el presente, y desde nuestro presente podemos entender el pasado. “Es de resaltar la necesidad de que converja el arte, la ciencia y la tecnología, para generar puentes entre el conocimiento científico que resulta de la investigación y los diferentes públicos que pueden verse beneficiados con su divulgación”, concluyó Ruiz, artista textil.

Por: AMR   

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