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Albeiro Rendón, profesor adscrito al Departamento de Geociencias y Medio Ambiente y Coordinador de grupo de investigación en Geología Ambiental (GEA) respondió.

 

 

 

Tras el sismo de 7,8 grados en la escala de Richter que sacudió a Ecuador el pasado sábado 16 de abril que dejó 700 muertos y miles de heridos, se prendieron las alarmas sobre las amenazas sísmicas para el país. Además se inició la discusión de saber qué tan preparada estaría Medellín para enfrentar este tipo de fenómenos.

 

Por esa razón, el profesor Albeiro Rendón, adscrito al Departamento de Geociencias y Medio Ambiente habló sobre la probabilidad de que se presente un terremoto en la ciudad, así como de los estudios que se realizan para analizar los movimientos telúricos y las fuentes que pueden producir los sismos.

 

¿Qué tan probable es que se registre un sismo en Medellín?

Llevamos varios años investigando que fallas cercanas a Medellín pueden producir algún sismo, y tenemos algunas identificadas en las que se viene trabajando para hacer trabajos específicos, por ejemplo en el occidente de Antioquia, específicamente en la zona entre Santafé de Antioquia, Olaya, Liborina y Sabanalarga hemos encontrado sistemas de fallas asociados al cañón del Río Cauca que son potenciales generadores de sismos. Inclusive estudios de los años 70´s contratados inicialmente para las centrales hidroeléctricas que se planeaban en la zona, plantearon esa posibilidad.

 

¿Qué elementos se deben analizar para estudiar la posibilidad de que se presente un terremoto?

Se deben consultar tres tipos de información: lo primero, verificar y analizar  documentos: periódicos o revistas para analizar las crónicas y noticias de los hechos, con el fin de almacenar y extraer datos relevantes. Este es un elemento fundamental porque existe poca información sísmica, y urge la necesidad de indagar sobre dichos eventos naturales.

 

De hecho la información de Medellín solo cubre unos 400 o 500 años, a partir de crónicas de los españoles, de ahí en adelante hasta nuestros días hay avances pero aún falta mucho por hacer; el otro tipo de información es la que arroja el instrumento, para Colombia tenemos una información muy confiable a partir de los años 90’s cuando entró en funcionamiento la Red Sismológica Nacional.

 

El tercer grupo de información es la que reporta la geología, la prehistórica, es decir cuando no existía gente también ocurrieron sismos, esos terremotos de mayor magnitud quedaron reportados en las rocas, entonces lo que está haciendo la Universidad Nacional, por medio de sus grupos de investigaciones, es buscar esas evidencias. En este momento estamos haciendo una prueba piloto en Santafé de Antioquia, Olaya, Liborina y Sabanalarga para analizar las fallas y un dato muy preliminar que hemos encontrado es que han ocurrido sismos en  los últimos 2000 años con magnitudes comprendidas entre 6 y 7 grados en la escala de Richter, que para la cercanía que tiene con Medellín es bastante importante.

 

¿Entonces sí existe la posibilidad de que ocurra un sismo de gran magnitud?

Con datos preliminares, uno podría decir que hay fallas muy cercanas a Medellín, que podrían generar un sismo. Estamos detrás de los movimientos telúricos que son claves, de saber ¿cuál es la magnitud más probable?, ¿cada cuánto se puede repetir? y ¿cuando ocurrió el último?, esos tres datos son muy transcendentales.

Hay otra falla que intentamos investigar situada en el municipio de San Jerónimo, viene por el corregimiento de san Antonio de Prado y pasa por el túnel de occidente, según estudios geológicos tiene indicios de haberse movido en los últimos 10 mil años. Este dato indica que hay probabilidad de fallas cercanas a Medellín que pueden generar un sismo de gran escala.

 

Es que hay que entender que es difícil obtener datos sísmicos de 10 mil años atrás, solo es posible a partir de interpretación de fotografías aéreas e imágenes de satélite en las que se identifican los rasgos o indicios de fallas en el paisaje, así como el comportamiento de los ríos y otros elementos que permiten, con el apoyo de sistemas de información, llegar a la datación.

 

¿Qué tan acertadas son estas predicciones?

Los estudios de sismología siempre tienen un grado de incertidumbre alto, porque la tecnología no está muy avanzada para estudiarla; segundo, la información que se puede recopilar en campo puede estar pérdida porque algunos procesos geológicos pudieron haberla borrado y, aunque es valiosa esta información no es completa.

 

El tema de las consecuencias de un sismo para esta ciudad choca con un obstáculo, la voluntad política y el control institucional para las construcciones de las edificaciones porque realmente en cuanto en la ejecución de las obras no hay garantía de que se esté cumpliendo con la norma. Entonces con toda seguridad en la ciudad hay muchas edificaciones que por algún motivo aun teniendo el diseño sismo- resistente ajustado a la norma, no fueron construidas siguiendo ese código y no hubo un seguimiento institucional a las obras, nos daremos cuenta lo bien o mal que están cuando ocurra un movimiento telúrico.

 

Esa norma específicamente, ¿qué es lo que estipula?

Medellín se está rigiendo por una norma nacional, la NSR 10 promulgada por el Decreto 926 del 19 de marzo de 2010, sancionado por el entonces presidente Álvaro Uribe, es una norma sismo resistente nacional, pero la discusión radica en que la ciudad debe crear sus normas locales a través de un estudio denominado microzonificación sísmica en el que se establecerían varios códigos de acuerdo a los suelos, a la topografía y a las condiciones hidrogeológicas de la ciudad. No es lo mismo construir en Laureles que en el barrio El Poblado, la  realidad es que no hay voluntad política para hacerlo, porque  implica que los constructores tengan que invertir más plata en el tema de seguridad.

 

¿Qué riesgo implica no tener ese código local?

Estamos diseñando unos parámetros promedios a nivel de suelo como su aceleración ante la presencia de la banda sísmica y unas condiciones geológicas promedios de nivel nacional. Sin embargo cuando venga la ola sísmica proveniente de la falla en donde se produce el sismo, en la ciudad encontrará muchas clases de suelos como los arenosos del río Medellín, o las pendientes de El Poblado, entonces ese es el problema para determinar unas implicaciones generales.

 

¿Qué países son los referentes en ese tipo de códigos?

Los referentes a nivel mundial en este tipo de códigos y de la microzonificación sísmica, la cual consiste en establecer zonas de suelos con comportamiento similar durante un sismo, de manera que puedan definirse allí, recomendaciones precisas para el diseño y construcción de edificaciones sismo resistentes, sigue siendo Estados Unidos y Japón, ambos son los líderes en ese tema y, han sido muy cuidadosos con el tema de normatividad. Aquí en Colombia no se acoge la norma, desde que sale la norma estamos buscado siempre como irnos por los laditos, entonces es una gran diferencia tanto en la parte tecnológica, como en la parte cultural.

 

¿Qué implica acogerse a la norma?

Cuando estamos hablando de código sismo resistente, no estamos asumiendo que se van a construir edificaciones antisísmicas, es decir que aparezca el sismo y no vaya a ocurrir nada, lo que garantiza la norma es que sí se construye con los parámetros específicos la estructura no colapsa y serían sus habitantes quienes tienen más posibilidades de salvarse.

 

¿Entonces en la ciudad se ha hecho algún estudio?

La U.N., la Universidad Eafit, la empresa Integral S.A. se han asociado durante muchos años para hacer varias versiones de las microzonificaciones sísmicas tanto de Medellín como de municipios que conforman el Área Metropolitana del Valle de Aburrá. 

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