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Nueva técnica aisla crudo del agua para retirar partículas de crudo dispersas durante el proceso de producción de petróleo.

Uno de los retos latentes de la industria petrolera es la innovación y la optimización de los procesos, y más si esos procesos ayudan a reducir el impacto de contaminantes al medio ambiente. Precisamente con esa consigna los profesores Farid Cortés Correa y Camilo Franco Ariza, adscritos al Departamento de Procesos y Energía de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, desarrollaron una técnica para tratar el agua contaminada antes de su vertimiento a las fuentes hídricas.

 

Franco Ariza aseguró que los procesos de recobro mejorado involucran grandes cantidades de agua, volúmenes que se inyectan para recuperar más petróleo. “El problema es que el agua que vuelve a la superficie está contaminada con petróleo, lo que se pretende es tratarla antes de devolverla a la naturaleza, y luego de retirar los materiales del agua, poderlos convertir en energía.

 

Para lo anterior es necesario utilizar materiales inteligentes basados en nanopartículas que son capaces de retener el hidrocarburo, y una vez capturadas las partículas de crudo se lleva a cabo un proceso térmico para aprovecharlas: se utilizan temperaturas aproximadas de 300 grados centígrados (°C) para producir energía por procesos de gasificación.

 

“El agua sale contaminada del pozo, y dependiendo del yacimiento puede salir con diferentes concentraciones de contaminantes, el objetivo es  que las leyes de Colombia regule las reducciones de contaminantes. La idea es llegar al 100% pero se va a la norma puede ser menos de 10 partes por millón para vertimiento del agua”.

 

Al respecto Cortés Correa manifestó que normalmente las industrias hacen saneamientos primarios, secundarios y terciarios. En orden, primero, separaciones rápidas por densidad de agua y crudo que se hacen en una especie de piscina; la segunda es por flotación, se agregan químicos al agua para que coagulen los elementos contaminantes y la última, consiste en un filtro a base de cascarilla de nuez importada, lo que aumenta el costo del proceso.

 

Además de atrapar contaminantes se pretende darle una disposición final al agua, porque generalmente las industrias solo se encargan de la primera parte del proceso.

 

Según Cortés el experimento se escaló tres veces. La primera y segunda fueron en laboratorio y la última a nivel semi-industrial en la empresa Sumicol del Grupo Corona y contó con el aval del Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación (Colciencias).

 

La expectativa con el resultado del estudio, según el docente Cortés, es que las empresas productoras de petróleo y gas puedan acoger esta propuesta que fue destacada en el Premio Acipet (Asociación Colombiana de Ingeniería de Petróleos) a la innovación: categoría  gestión ambiental 2016 y este año, como mejor alianza estratégica Sumicol S.A.

 

“El proyecto tiene un gran impacto porque se está tratando un tema ambiental y se maneja algo que es el suplemento de la demanda hídrica sobretodo en algunas temporadas donde la sequía pega tan fuerte a la industria, y además de la producción adicional de energía que se tendría por la descomposición del hidrocarburo previamente capturado”, finalizó Franco Ariza

 

De hecho el agua puede servir para reinyectarse en los mismos pozos, y se está  apuntando para que pueda ser reutilizada en la industria agrícola o llevarla a niveles de potabilidad. 

 

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