Escudo de la República de Colombia

Marisol Suárez Roldán, estudiante de la Maestría de Medio Ambiente y Desarrollo, junto con la profesora Carmen Elena Zapata, adscrita al Departamento de Geociencias, fueron quienes desarrollaron el proyecto de investigación.

 

La investigación consistió en el análisis de los filtros de PM 10 que monitorean el material particulado, igual o inferior a 10 micras, y así determinar qué hongos se encuentran presentes en el aire que estamos respirando.

 

El material particulado se divide en dos grandes grupos: el PM10 que es el respirable y el PM 2.5  que es el inhalable, es decir, son partículas muy finas que flotan en el aire y pueden ingresar fácilmente por las vías respiratorias hasta los alvéolos pulmonares, (divertículos terminales del árbol bronquial, en los que tiene lugar el intercambio gaseoso entre el aire inspirado y la sangre), hasta lo más interno del pulmón. La investigación se centró en el inhalable. 

 

Marisol Suárez Roldán, creadora del proyecto, aseguró que el alcance de ésta investigación fue llegar hasta los géneros de los hongos. “Se encontraron 18 géneros de hongos, en ese hallazgo los de mayor abundancia fueron el fusarium, aspergillus y penicillium. Dentro de esos tres géneros que se encuentran comúnmente en el ambiente, hay especies que pueden estar involucradas en afectaciones a la salud”.

 

Tanto hongos como bacterias pueden infectar el organismo y producir enfermedades. A nivel respiratorio, los hongos se relacionan más con la exacerbación de ciertas enfermedades, por ejemplo el asma. Aunque también se relacionan con infecciones cutáneas o la de las uñas que son conocidas como la onicomicosis.

 

Para la identificación de los hongos se usó microbiología convencional, que consiste en hacer crecer los microrganismos en diferentes cultivos para luego realizar una descripción macroscópica, es decir, hallar las características que a simple vista no se ven, para finalmente hacer una comprobación molecular del género.

 

Suárez Roldán manifestó que para confirmar los efectos reales de los hongos es necesario un estudio epidemiológico y determinar los diferentes factores que influencian en la salud de las personas.

 

“La investigación se constituye en el primer paso para saber realmente qué es lo que se está respirando en el Valle de Aburrá.  En ese sentido, lo que se aporta con este proyecto es conocimiento de la diversidad de hongos que existen en el aire en unas condiciones de trópico como son las que se encuentran en el valle, y en Colombia en general”, explicó Suárez Roldán.

 

Esta investigación pionera en la ciudad, se realizó con la información de las tres estaciones de Calaire, la del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, la de La Facultad de Minas y la del Hospital San Vicente en Barbosa.

 

Este es un trabajo enmarcado dentro de otras investigaciones de bioaerosoles que buscan analizar compuestos biológicos presentes en el aire, éstos puede ser bacterias, hongos, virus, esporas, polen, además del material particulado. Esa mezcla es la que respiramos cotidianamente y que pueden producir enfermedades, alergias o virus como la gripe, de hecho muchas enfermedades se transmiten de esa forma.

 

De hecho el año pasado un estudiante de maestría, Duvan Nanclares Castañeda, realizó un estudio para analizar la presencia bacterias en la atmosfera donde se hizo un proceso para detectar esas bacterias en el aire que están deteriorando su calidad en el Valle de Aburrá.

 

Carmen Elena Zapata, directora de Calaire dijo en el caso de los hongos son propensos a hacer de huésped en el tracto respiratorio debido a la humedad y temperatura de esa zona del cuerpo, escenario ideal para los esporas. Aunque también llegan a la tierra o árboles que crecen bajo esas mismas condiciones.

 

La profesora aseguró que la realización de estudios epidemiológicos, para determinar si debido a esos bioaerosoles existen enfermedades, son costosos y largos, pueden durar más de 5 años.

 

Uno de los resultados más importantes que tuvo esta investigación según Zapata fue el hallazgo de varios hongos que no han sido reportados en la literatura en calidad de aire y que son fitopatógenos, es decir que afectan la vegetación.

 

“Eso nos brinda otra área de estudio en el Valle de Aburrá, pues los árboles se están enfermando, se identificó un hongo que pueden ser el origen de esas enfermedades que hace que los árboles pierdan la hojas de las copas”, explicó.

 

Suárez Roldán explicó que se encontraron esporas (células sexuales que no requieren fecundación) de Cladosporium sp., Hypoxylon sp., Peyronellaea sp., Pestalotiopsis sp., Pseudocercospora sp. y Perenniporia sp.

 

Lo anterior se traduce en aumentar la probabilidad de que los árboles se enfermen y la manera como se pueden ocasionar las infecciones es por medio de procesos naturales de deposición, ya que las esporas llegan a diferentes superficies como troncos, ramas y hojas de árboles aprovechando fisuras que dejan los insectos.

 

Por: AMR

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