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Desde hace 2 años el Laboratorio de Calidad del Aire (Calaire) de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín trabajan conjuntamente en un proyecto de investigación con el Helmholtz-Centre for Environmental Research-UFZ de Leipzig-Alemania.

Andrea Müller investigadora del UFZ mientras brinda su conferencia en el Aula Máxima Pedro Nel Gómez.

 

Según el profesor José Fernando Jiménez, adscrito al Departamento de Geociencias y Medio Ambiente de la Facultad de Minas de la U.N. Sede Medellín se trata de un proyecto denominado, ´Evaluación de riesgos asociados al material particulado en el aire de Medellín´, financiado por Colciencias que “busca analizar la contaminación del aire en el Valle de Aburrá y las afectaciones a la salud humana a partir de las muestras de material particulado recolectadas por Calaire. Igualmente se encuentra un componente de estudio del comportamiento de los contaminantes químicos en el Valle de Aburrá a través de especialistas en meteorología y calidad del aire de ambas instituciones”.

 

Dentro de ese proyecto conjunto se desprenden la realización de pasantías de investigación entre los dos países por parte de estudiantes investigadores. Entre esas propuestas, Andrea Müller investigadora del UFZ realizó una investigación sobre los aromáticos policíclicos, es decir los compuestos químicos relacionados con problemas de salud y que puede ser cancerígenos, “sí se comprueban  que hay presencia de este tipo de compuestos puede haber problemas de salud en la población, se está tratando de identificar no solo los conocidos, sino los nuevos”, explicó.

 

La investigadora alemana aseguró que Medellín tiene un componente físico particular y esa fue una de las razones para desarrollar la investigación, “la ciudad está encerrada entre montañas, es un valle hondo y estrecho; sus vientos son relativamente débiles, y esa condición no favorece un buen mezclado y barrido de los contaminantes”.

 

Al respecto, Jiménez dijo que tanto el UFZ y la U.N. están interesados en avanzar en esta etapa, “sobre todo en el análisis de los compuestos en el aire del Valle de Aburrá tratando de cruzar los datos recolectados con otra información, por ejemplo de morbilidad y mortalidad. También quisiéramos saber si existe una diferencia en un grupo de población y su vulnerabilidad ante este tipo de problemas, es decir, qué tan sensibles son los grupos socioeconómicos más desfavorecidos y si son los más afectados, en comparación, con los estratos altos”.

 

Según la investigación, específicamente con datos obtenidos en el barrio Carlos E. Restrepo se llegó a varias conclusiones: la exposición personal a contaminantes puede cambiar depende del lugar donde las personas habiten, por ejemplo -según Carmen Elena Zapata, jefe del Laboratorio Calaire de la Facultad de Minas- si se vive lejos de una calle principal las personas tienden a respirar menos contaminantes, comparado con una persona que viva en una vía principal, tenga un negocio en la misma vía o camine con frecuencia por esa zona.

 

En el Valle de Aburrá se recolectó información de 3 estaciones de Calaire: Facultad de Minas, Politécnico Jaime Isaza Cadavid, y Barbosa, en éstas se analizó el material particulado presente en el aire y se realizaron estudios  de genotoxicidad y citotoxicidad,  además se compararon los resultados de esas muestras con los datos de la Secretaría de Salud de morbilidad y mortalidad con el fin de verificar existen enfermedades respiratorias asociadas o alergias que producen cáncer.

 

“Uno de los problemas que se encontró durante la indagación, es que la redes de monitoreo no cubren todas las comunas de la ciudad y por esa razón los resultados son preliminares y no generales. Por ejemplo cuando una persona camina o se transporta en bicicleta, puede encontrarse con una mayor exposición a contaminantes”, explicó Zapata.

 

Al respecto Jiménez expresó que ni la autoridad ambiental, ni la Secretaría de Movilidad solucionará los problemas ambientales, solo crearán estrategias para las contingencias,  “o los ciudadanos ponemos de nuestra parte o las condiciones de contaminación atmosférica no van a mejorar, pues cada vez hay más motos (más de 600.000) y carros circulando”, concluyó el profesor.

 

La investigación seguirá en curso para determinar resultados definitivos luego de llevar a cabo estudios más personalizados.

 

Por: AMR

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