Escudo de la República de Colombia

Se trata de 4 proyectos que surgieron del curso Seminario Proyecto en Ingeniería y tienen como objetivo fabricar vasos, platos, cubiertos y plásticos amigables con el medio ambiente.

 

Una gran parte de los plásticos de un solo uso ingresan a la naturaleza como contaminación terrestre, marina o de agua dulce. De hecho, Naciones Unidas estima que son alrededor de 8 millones de toneladas de plástico que van directo a los océanos cada año, situación que ha prendido las alarmas en el mundo.

Son 12 millones de toneladas de residuos sólidos al año que se producen actualmente en Colombia y solo se recicla el 17 %, según Acoplásticos; además, aproximadamente 27 kilos de este material pueden consumir un ciudadano en el país, anualmente, una cifra que refleja la cantidad abrumadora de plástico que se produce en el país.

Con el objetivo de mitigar el gran impacto ambiental de este material cuatro grupos conformados por estudiantes de diferentes ingenierías de la Facultad, crearon propuestas que buscan proponer una alternativa más amigable con el medio ambiente: “Biobanaplast”, “BanaPlates”, “Cambur”, y Changos, productos que tienen como común denominador que son hechos a base de residuos agrícolas de plátano y banano.

 

 

 

Biobanaplast busca fabricar vasos y platos desechables biodegradables hechos a partir de cáscaras de banano. “Nuestro objetivo general es presentar una alternativa a la utilización del plástico de un solo uso, mediante la implementación de bioplásticos. El proyecto va dirigido al planteamiento de una alternativa a los plásticos de un solo uso convencionales los cuales generan un gran problema de contaminación, mediante la implementación de un bioplástico hecho a partir de cáscaras de banano. Dentro de los beneficios más significativos de la realización del proyecto están que su tiempo de degradación no tarda más de un año, ya que estos están hechos a partir de residuos orgánicos y contaminan 85% menos que el plástico de un solo uso común”, aseguró Manuela Ramírez Tamayo, estudiante de Ingeniería Administrativa.

Agregó que con esos desechables se espera reducir el impacto ambiental, debido a que se reduce el tiempo de degradación, no contiene sustancias tóxicas o que perjudiquen el medio ambiente y contamina 85% menos que los desechables convencionales. 

“Se identificó que los plásticos de un sólo uso son un gran contaminante en la ciudad de Medellín, por lo que se quiso proponer una alternativa más amigable con el medio ambiente, así que decidimos hacer bioplásticos de cáscaras de banano los cuales contaminan un 85% menos que los plásticos comunes. Además de crear un subproducto de la industria bananera de Urabá antioqueño como son las cáscaras de banano, a las cuales no se les da ningún tipo de uso en la región. Así que con el proyecto se busca introducir unos desechables que permitan reducir la contaminación por plásticos y a su vez reutilizar las cáscaras que son desechadas”, manifestó Ángela Daniela Córdoba Velasco, estudiante de Ingeniería Química.

Los demás integrantes de esta propuesta son: Edwan Castilla, Camila Duque, Nelson Gutiérrez, Daniel Labrador y Laura Porras.

 

 

 

Banaplates es una propuesta que pretende fabricar vasos y platos biodegradables hechos a partir de fibra y almidón de plátano como alternativa ante el uso de poliestireno en recipientes para alimentos. “El proyecto surge inicialmente de la necesidad de encontrar un producto sustituto al plástico en la elaboración de recipientes de un solo uso para alimentos. Es así como se identificó la oportunidad de aprovechar los residuos generados en los cultivos de plátano en el Urabá antioqueño para extraer almidón y fibra como materia prima para la fabricación de un bioplástico que, además de cumplir con las mismas características de inocuidad y manejo del plástico, nos permitiría crear productos con una edad de degradación hasta mil veces menor que la de este elemento. Esto, además de resolver un problema de acumulación de residuos en el sitio de cultivo, entregaría una alternativa ecológica de alto impacto frente a la contaminación asociada al uso de recipientes plásticos”, aseguró Mariana Fernández Arango, estudiante de Ingeniería de Control.

Andrés Felipe Gil Cortes, estudiante de Ingeniería Ambiental e integrante de Banaplates, explicó que el bioplástico tiene una composición, en su mayoría, de almidón y fibra.  “El almidón se extrae de la pulpa del plátano en un proceso de secado y separación del polímero mediante el uso de ácido cítrico. Esto resulta en una harina que, al ser sumergida en agua, permite la decantación del almidón. La fibra se obtiene del pseudotallo de la planta de plátano y su extracción consiste en triturar y calentar este elemento en una solución de soda cáustica durante 30 minutos, para luego ser filtrada y darle reposo. Así, se obtiene una fibra que se blanquea con agua oxigenada para darle un mejor aspecto. Teniendo estos dos elementos, el bioplástico se elabora mezclando el almidón, la fibra, agua y una sustancia plastificante, como la glicerina, para darle consistencia al producto”.

Los demás integrantes de esta propuesta son: María José Vásquez Canabal (Ingeniería de Minas y Metalurgia); Sebastián Ardila Ochoa (Ingeniería Administrativa); Andrés Felipe Ángel Ciro (Ingeniería Eléctrica); Salomé Aristizábal Giraldo (Ingeniería de Sistemas e Informática); Juan Sebastián Esquivia Gómez (Ingeniería Civil); y Luis Felipe Gomes Ordoñez (Ingeniería de Petróleos).

 

 

 

Otro de los proyecto se denominó cubiertos desechables Cambur, un producto 100% colombiano, fabricado a partir de un biopolímero extraído de la celulosa del pseudotallo del plátano, que queda como residuo después de la cosecha. Los productos son biodegradables y su uso evita la acumulación de plástico tradicional en los ecosistemas.

La empresa CAMBUR se interesa por el desarrollo sostenible y por el correcto cumplimiento de las normas técnicas a la hora de elaborar los productos. Estos productos van enfocados no solo a darle un toque de elegancia a la comida con su característico color negro mate, también van enfocados a: reducir el daño ambiental que sufre la vida marina por la presencia de plásticos, fomentar el compostaje en los hogares y a eliminar la mayor cantidad de residuos de la industria agrícola de las quemas innecesarias y contaminantes.

CAMBUR es una propuesta donde participaron 8 estudiantes: Sebastián Castillo Fontecha, Sara Escobar Pérez, Daniel Labrador Sánchez, Manuela Martínez Echavarría, Daniela Saldarriaga Castillo, Nicolas Santos Vásquez, Johan Sebastián Valencia Aguilar y Santiago Yepes Montoya.

 

 

Changos, es una propuesta con la que se busca producir bolsas a partir de un biomaterial con un tiempo de degradación inferior al producto convencional, excelente calidad a precio competitivo con tamaños: desde 14 a 45 cm de longitud y de 8 a 23 cm de ancho, y una capacidad de carga de hasta 4 kg.

Bolsas de papel amigables con el medio ambiente fabricados a partir de los residuos del plátano en la ciudad de Manizales. Creación de un producto a partir de un biomaterial con un tiempo de degradación inferior al producto convencional, excelente calidad a precio competitivo en el mercado.

Debido a la producción masiva y el alto porcentaje de desaprovechamiento en la cosecha del plátano Dominico-Hartón en Caldas, se genera una cantidad considerable de residuos que se acumulan con el pasar del tiempo, generando así una problemática ambiental. Por lo que se ve la oportunidad del pseudotallo del plátano para la producción de bolsas biodegradables.

Los integrantes de esta propuesta son: Juan Felipe Caro, Yesenia Duque, Andrea Jaramillo, Nathalia Lozada, Camilo Bedoya, Katterin Cano, Mariana Atuesta y Brahian Ruiz.

Estas propuestas buscan generar beneficios para el ambiente y la sociedad al entregar un producto útil y ecológico que permitirá mitigar los problemas de contaminación por el uso de plástico.

 

Por: (AMR)

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