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Los estudiantes del curso de Introducción a la Ingeniería Mecánica prepararon la construcción de un juguete que fuera del agrado de niños entre los 3 y los 5 años; para finalizar el semestre, estos estudiantes que superaron dificultades a lo largo de la ejecución del proyecto, estaban preparados para recibir a un jurado  compuesto por profesores que evaluaría la pertinencia y el funcionamiento de sus juguetes, sin embargo el reto se volvió más complejo cuando se enteraron de que quienes calificarían sus trabajos no superaban el 1.20 m de estatura.  

 

En el segundo piso del bloque 4 del Núcleo del Río, los estudiantes de primer semestre de Ingeniería Mecánica de la Facultad de Minas estaban esperando al jurado de profesores que evaluarían el trabajo realizado para lograr un juguete cuyo usuario final serían niños entre los 3 y los 5 años de edad, sin embargo, los estudiantes fueron sorprendidos por un grupo de pequeños que no esperaron a recibir los cánones de evaluación para comenzar a usar los juguetes.

 

Uno de los  juguetes que más llamó la atención entre los niños estaba inspirado en el clásico juego de video Pac-Man “utilizamos un motor de corriente directa, armamos un circuito de forma que se pudiera cambiar la polaridad del motor para que abriera y cerrara, un tornillo sin fin y uno pivotes ” así explica Juan Camilo Urango integrante del equipo que desarrolló este autómata compuesto por la cabeza del popular personaje que abría y cerraba mientras los niños intentaban  - con una especie de bazuca - introducir una pelota en la boca de Pac-Man.

 

Cristian Soto Noreña y su equipo desarrollaron un carro montable que tenía como principal atractivo una pinza por medio de la cual los menores podían agarrar objetos mientras manejaban, Cristian asegura haberse sentido algo intimidado en un principio, “nosotros no sabíamos que iban a venir niños, es mucho más complicado porque ellos hacen uso de los juguetes y pueden presentar fallas en el camino, y como ellos están pendientes de uno, hay que buscar soluciones rápidas”.

 

Los jurados hicieron filas para determinar qué tan divertidos eran los trabajos de los estudiantes que debían responder a todas las preguntas que no estaban enfocadas en los motores, piñones ni mecanismos de palancas “los niños querían saber por qué de este color y no de otro, por qué no eran más rápidos los juguetes y a veces uno no tiene respuestas para eso y tiene que convencerlos” cuenta Diego Alejandro Narváez  mientras un grupo de niñas esperaban su turno para montar en su caballito de madera, Isabela  de 4 años y  sus amiguitas se entusiasmaron tanto con el autómata que lo adoptaron y le pusieron nombre “le pusimos Hello Kitty amor, nos gustó mucho, pero nos gustaría que fuera más veloz o que volara”.

 

Acompañando a los estudiantes y escuchando a los jurados estuvieron los profesores Nelson Vanegas y Adolfo Trujillo, organizadores del Festival de Autómatas quienes señalaron la importancia de enfrentar a los estudiantes a situaciones reales “ellos no sabían que venían los niños, estaban esperando a un jurado que se fijara más en las especificaciones técnicas, pero con este ejercicio ellos deben aprender a cubrir las necesidades del público real y darse cuenta de lo que funciona y lo que deben cambiar”.

 

El equipo de José Julián Rangel diseñó una cancha de fútbol para realizar tiros desde el punto penal; el portero se mueve de un lado a otro por medio de dos botones para intentar evitar un gol por parte de su contrincante “pensar en algo para los niños implica ir mucho más allá de lo que estamos acostumbrados, porque no sólo es hacerlo funcionar sino que sea seguro, bonito, que sea diferente y que les enseñe algo” asegura José Julián.

 

Daniel Toro tiene 5 años asistió al festival de autómatas con la idea de divertirse mucho, pero también de aprender “yo quería que me explicaran cómo hacían todos los juguetes porque yo los quiero hacer, me gustaron mucho los carros y la silla con la que podíamos agarrar cosas y pasarlas de un lado a otro; lo que más me gustó de venir es que pude conocer personas que hacen cosas divertidas”.

 

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