“Soy luz y también soy la ausencia de ella, soy aquella amalgama de situaciones, experiencias, personas y lugares que me conforman, soy vagos y vividos recuerdos, soy aquel balón rojo que tanto me gustaba en mi niñez y soy el grito de gol que compartía con mis amigos, soy mis sueños y metas, que he visto hacerse realidad con el pasar de los años, soy uno solo con el existir, me camuflo en prendas negras para pasar desapercibido y me siento seguro en la soledad de mi cuarto, soy la risa que me invade genuinamente en el día a día y de la misma manera el llanto y las lágrimas que recorren mi rostro, porque sí, tengo un súper poder llamado sensibilidad. Soy la sinfonía de contradicciones que resuena en cada fibra de mi ser: la fuerza y la vulnerabilidad, la alegría y la melancolía, la certeza y la duda”

Fabián Andrés Chirán

“A lo largo de mi vida he escuchado y he aprendido muchas cosas, así como también frases que me han marcado, que desde el momento en que las escuché mi percepción del mundo iba cambiando. Me decían: “Pareces niña llorando” o “Le voy a comprar una falda de niña si sigue llorando” y ahora, comprendo que la sociedad no aprueba que los hombres puedan llorar o sentir, pero las mujeres sí, que ellas son las “débiles” y delicadas solo por poder llorar y expresar lo que sienten, y así como a mí se me dijeron esas frases también escuché cosas que le decían a mi hermana como: “Las mujeres no hacen cosas de hombres”, cuando jugaba futbol conmigo donde solo quería divertirse. Todos estos comentarios hacen que la mente vaya adoptando ciertas ideas erróneas, que como hombre empiece a reprimir sentimientos y tener cargas mentales que no debería. El comentario: “Un hombre debe mantener y cuidar a su familia sobre todas las cosas y mostrarse duro y fuerte ante todo”, se lo enseñan a la mayoría de los niños como yo y crecen con esa mentalidad. Por suerte como siempre me ha gustado aprender de todo un poco me he dado cuenta y he descubierto que tener sentimientos, llorar, vestirme con cierta ropa o usar lo que quiera no tiene nada de malo y es solo una forma de expresarme y vivir la vida”

Luis Alejandro Varela Ojeda

“ La posición expectante acerca de lo que se espera de mi cómo hombre (o para ser hombre) siempre me ha confundido y me ha orientado a decisiones que no rechazo pero que ahora me cuestiono, cómo lo que quiero hacer de grande (se supone que ya soy grande); cuando era menos grande, veía mucho un programa llamado Hi-5, un show para niños en el que, aparte de muchas otras cosas, llevaban expertos en diferentes áreas y les permiten mostrar sus talentos, en una ocasión, llevaron a un bailarín de ballet. Yo quedé encantado con la estética y la manera con la que hacía calculadamente cada movimiento. Me encantó, me vi haciendo esas maravillas en algún futuro, pero la emoción duró poco, pues bastó con ir al colegio el día siguiente y, al querer hacer uno de esos saltos, no poder, sentir que no era idóneo para intentar tal cosa, como si no fuera normal para mi o para cualquier otro hombre allí presente. En tal época, entendí el no “poder” bailar ballet, cómo algo raro, pero más adelante hubo más claridad cuando empecé a ver lo mucho que disfruto cocinar, pues de nuevo sentí esa presión al querer decir que me gusta la cocina, ahí recordé que lo mismo pasó en esa época y decidí hacer caso omiso, vaya decisión más acertada, cocinar es una de las cosas en las que más rápido se me pasa el tiempo, me gusta casi cómo comer, y en serio, adoro comer”.

  Jhon Jader Córdoba

“Yo soy una señorita, debo vestirme como una mujer, cuando la verdadera esencia de la feminidad no se limita a la ropa que uso. Yo soy el desafío hacia las normas preestablecidas, abrazando mi individualidad con orgullo. La primera vez que me di cuenta de las limitaciones en mi libertad de vestir como quería fue durante un día de compras. Me encontraba interesada en una camisa de la sección de hombres, la cual me parecía más llamativa en comparación con las opciones para mujeres que ofrecían principalmente colores pasteles y estampados florales. En ese momento, me percaté de las restricciones de género impuestas en la moda, y desde entonces, he buscado desafiar esas normas para expresar auténticamente mi identidad a través de mi elección de ropa”.

Laura Valentina Cárdenas Luna

“Yo soy ingeniero químico, durante mi adolescencia tuve la dualidad entre la ciencia y la música. era bueno en matemáticas y ciencias básicas, pero mi pasión por la música y su entendimiento estaban a la par, incluso hice preparatorio para estudiar guitarra clásica pero para ello en su momento necesitaba apoyo, apoyo que jamás recibí porque para mis padres era un hobby y nunca tuve la oportunidad de decirles que de niño me sentaba a escuchar a los vecinos ruidosos poner diferentes clases de música y que en particular habían algunos tangos donde escuchaba una guitarra (hubo un tiempo largo que no sabía qué instrumento era y mucho menos el género musical en el cual empecé a sentir interés), los arpegios, los acordes, sensaciones que dudo algún día pueda olvidar”.

Juan Manuel Idárraga

“Soy ese lindo estanque de patos inocentes y blanquecinos que conviven y nadan, chapotean y se acicalan entre ellos, esto recuerda también a una frase que decía algo como: “Entonces, si eres hombre ¿Porque eliges ser dócil a la vida? ¿No crees que lo mejor es poder dominar tu entorno y a los que habitan en él?” ¿Realmente tengo que dominar a los demás seres ajenos a mi para ser grandioso y valeroso? no encuentro sentido con aquel esquema que se nos impartía por nacer con la etiqueta “hombre” “masculino”. Yo elijo ser la persona que quiera ser y no quiero ser lo que se espera de mí como hombre dominador de su entorno y de las personas que le habitan”.

Diego Fernando Gallego Romero