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Se trata de Daniel Esteban Agudelo Jaramillo, estudiante de noveno semestre de Ingeniería Mecánica de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín.

Tener que hacer el tejido a mano para producir las manillas que vendía en el colegio, fue la razón para que Daniel Esteban Agudelo Jaramillo, desde sus 16 años, pensara en la solución a los problemas lumbares y manuales que lo aquejaban luego de su fabricación.

 

“Empecé a buscar en internet si existían máquinas que elaboraran manillas, porque su producción es tediosa y, pensaba en las dificultades de las étnias para lograr hacer sus artesanías. En ese momento entendí porque el alto costo en su arte”, afirmó Agudelo Jaramillo quien aseguró que desde antes de finalizar sus estudios secundarios, en Ciudad Bolívar suroeste antioqueño, sabía que iba a estudiar en la U.N. Ingeniería Mecánica.

 

Este antioqueño entró al alma mater con la firme convicción de desarrollar la máquina que reprodujera tejidos y en su mente siempre deambulaban las ideas para su diseño, aunque fue hace dos años con el apoyo de la docente María Eugenia Muñoz Amariles, adscrita al Departamento de Ingeniería Mecánica, que se materializó el proyecto.

 

Este estudiante de 26 años inicialmente quiso dar una solución creativa e innovadora, al diseñar una máquina que reprodujera tejido, para la elaboración de manillas, pero luego de participar en el concurso Capital Semilla de la Alcaldía de Medellín y estar a punto de quedar entre los finalistas, descubrió que su diseño podía tener otras aplicabilidades.

 

“El tejido de nudos tipo macramé tiene una configuración textil la cual posee una gran flexibilidad para plasmar diseños dentro de la misma estructura, es un tejido que tiene un alto valor en sectores como las  artesanías, marroquinería fina, accesorios de bisutería, calzado, alta costura y diseños para prendas de vestir. Actualmente es fabricado a mano y por esa razón la industria no ha explotado este tipo de estructuras, además no es rentable por su producción manual, en esta idea de negocio se pretende llevar el tejido a otro nivel la productividad, diseño, calidad y  fabricación”, explicó Agudelo Jaramillo.

 

Ruta N y Colciencias apoyan a este estudiante en el proceso de patentar su invención, de hecho se le asignó una firma de abogados del departamento de Propiedad Intelectual quienes hicieron una verificación internacional de patentabilidad mediante un software especializado. Después de ese proceso y como resultado del examen internacional de patentabilidad se encontró que este proyecto tiene un gran potencial en países como Inglaterra, Francia, Italia, Japón y Estados Unidos.

 

“El objetivo es patentar mi primera máquina, aunque mi sueño es crear una empresa que venda conocimiento, en la que gane dinero por pensar, no por hacer. En la que se brinden soluciones  tecnológicas e innovadoras. Falta mucho camino por recorrer y  perfeccionar el diseño”, afirmó Agudelo Jaramillo a la vez que reconoció que hubo momentos difíciles en los que pensó que no podía seguir con el proyecto por la complejidad de los mecanismos técnicos del sistema, pero a medida que iban pasando las semanas los resolvió.

 

Actualmente tiene estudiados tres mercados objetivos: el primero, comercializar el tejido en los distintos segmentos donde este tiene alto valor, marroquinería fina, calzado, artículos de bisutería para mujer, entre otros; el segundo, vender este sistema de producción del tejido que va desde el diseño hasta la fabricación a varias empresas y; tercero, negociar la tecnología patentada en la cadena de producción a organizaciones que desarrollan maquinaria textil.

 

En el proyecto está contemplado el desarrollo de un software que hace diseño antes de fabricar y, su función a futuro es que la máquina reproduzca los tejidos que estén en ese sistema tecnológico. También buscará socios estratégicos e inversionistas para construir el primer prototipo de máquina automática y optimizarla para que cada vez sea más rápida.

 

“Construir la máquina es fácil y costaría alrededor de 150 millones de pesos, el primer prototipo de 12 a 15, lo realmente complejo es ajustar y perfeccionar los detalles que se necesiten corregir. Además a los inversionistas esperan ver la máquina con las funcionalidades físicas”, expresó Agudelo Jaramillo.

 

Por ejemplo el sistema más crítico de la maquina es la función de la aguja, pues su geometría es especial, deben contener, mantener y suministrar hilo y, también debe entrar por ciertos bucles que se forman. 

 

Agudelo Jaramillo desea estudiar una maestría en Alemania que analice el comportamiento mecánico del tejido para examinar otras aplicaciones en su proyecto. Además finalizó explicando que su deseo no es competir con los artesanos, sino brindarles herramientas para que su desgaste sea menor y tengan mayor calidad.

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