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Investigadores de la Facultad de Minas y la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín estudian el registro de sismos ocurridos en los últimos 10.000 años en municipios del Oriente antioqueño, con el fin de determinar sus magnitudes y tener mejores aproximaciones sobre el potencial sísmico de la región.

 

 

Según el Atlas de deformaciones cuaternarias de los Andes, se considera que las zonas con antecedentes sísmicos durante el Período Cuaternario, es decir desde hace aproximadamente 2 millones de años, son las que concentran mayores posibilidades de generar movimientos sísmicos en el futuro.

 

Bajo esta hipótesis el grupo de investigación en Geología Ambiental –GEA- de la Facultad de Minas junto a otros investigadores de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, analizaron un área total de 1 100 kilómetros cuadrados en municipios del Oriente antioqueño cercanos a Medellín, como El Retiro, Marinilla, Rionegro, El Peñol, Guarne, entre otros.

 

Para poder determinar si efectivamente ocurrieron sismos de una magnitud considerable (6 o más en la escala de Richter) en los últimos 10 000 años, los investigadores recurren a tres fuentes de información: los datos instrumentales que proporciona la Red Sismológica Nacional, que tiene registros desde el año 1993; las crónicas de la llegada de los españoles donde hacen alusión a eventos sísmicos que sintieron cuando vivían en este territorio, que amplía la información hasta 500 años atrás; y por último se valen de la paleosismología, una disciplina que estudia el registro que dejan los grandes sismos ocurridos hace miles de años en las rocas y  los suelos.

 

En la primera fase del proyecto, que se desarrolló en los últimos 4 años, se analizaron más de 15 puntos haciendo un especial énfasis en 11 de ellos, de los cuales 5 no presentan datos contundentes de actividad tectónica reciente y en 6 encontraron evidencias claras de afectaciones por sismos en el Cuaternario.

 

De estos 6 puntos se destaca que, por ejemplo en el sitio Alcaravanes (Marinilla), se encontraron tres sismos con magnitudes de 6.4, 6.6 y 6.2 en la escala de Richter con efectos en depósitos cuyas antigüedades se calcularon en 440 000, 37 000 y 8 000 años, respetivamente. Mientras que en el sitio Manantiales (Rionegro) ocurrieron dos con magnitudes de 6.7 y 6.6, que indicaron que las deformaciones neotectónicas en la región tienen una edad máxima de 880 000 años. Estos resultados fueron validados por expertos con reconocimiento internacional en el tema, provenientes de la Universidad de Lisboa, Universidad de Barcelona y Funvisis Venezuela (Fundación Venezolana de Investigación Sismológica).

 

“En el Oriente antioqueño, el segundo piso de Medellín, se están instalando las estructuras más importantes del departamento, está el aeropuerto internacional, las principales empresas que estaban aquí en el Valle de Aburrá, el proyecto de los embalses… Es de una trascendencia importante porque trae grandes implicaciones en el ordenamiento del territorio de esas ciudades”, afirma Albeiro Rendón Rivera, profesor asociado del Departamento de Geociencias y Medio ambiente de la Facultad de Minas y director del grupo GEA.

 

“Un sismo con epicentro aquí en Antioquia es muy peligroso para nosotros, ¿se puede producir? Estos estudios de investigación están tratado de responder esta pregunta. Una respuesta parcial sería que en el oriente antioqueño es posible que se produzcan sismos con epicentro allí, y magnitudes dentro del intervalo de 6, que ya para la región son muy importantes”.

 

Concretamente los estudios de paleosismología buscan determinar las características sísmicas de una región, estableciendo su promedio de ocurrencia, magnitud más probable y datación del último sismo.

 

Rendón agrega que en el Oriente todavía no se tiene un estudio de microzonificación sísmica que indique unos códigos de construcción sismo-resistente específicos, para lo que deberán tener en cuenta datos históricos, instrumentales y los nuevos hallazgos que la investigación está proporcionando.

 

Los próximos municipios a estudiar serán Santa Fe de Antioquia, Olaya, Liborina y Sabanalarga, ubicados en el occidente antioqueño, pues los investigadores esperan poder extender el estudio a otras subregiones del departamento y a largo plazo a nivel nacional, con el fin de complementar la información sismológica que permita estimar con mayor certeza el potencial sísmico de cada región.

 

 

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