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Un proyecto conjunto entre la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, la entidad ambiental Codechocó y la Universidad Tecnológica del Chocó busca desarrollar e implementar alternativas al uso de mercurio para la extracción de oro aluvial, reduciendo así los efectos en el medio ambiente y en la salud que produce la manipulación de este elemento.  

 

 

Colombia ocupa el primer puesto en América y el segundo a nivel mundial en emisiones de mercurio por actividades de minería de oro artesanal y a pequeña escala, según cifras de 2010 del sistema de monitoreo Mercury Watch, que recopila, analiza y publica información al respecto.

 

Específicamente en Antioquia, según el periódico El Tiempo las autoridades ambientales  calculan que cada año se vierten 100 toneladas de mercurio a los ríos del departamento, y que este metal es utilizado en cerca de 1.500 minas formales e informales.

 

“Dado que el mercurio está reconocido como un gran contaminante se requiere un gran esfuerzo científico, de innovación y tecnológico que pueda competir con él. A su vez el mercurio es de muy fácil uso en las comunidades, entonces hay que buscar alternativas y cambios tecnológicos”, afirma el investigador Oswaldo Bustamante Rúa, ejecutor principal del proyecto por parte del Instituto de Minerales Cimex de la Facultad de Minas.

 

La flotación espumante, técnica estudiada por Bustamante, es una de las propuestas que consiste en la utilización de reactivos químicos para la separación de minerales, que terminan por producir una espuma donde se concentra el oro. Con esta alternativa la idea es que la recuperación del mineral sea del 100%, mientras que con el uso de mercurio no alcanza a ser del 40%, aunque depende de muchos fenómenos como el tamaño de la partícula del oro, agrega el investigador.

 

La primera fase del proyecto se desarrolló en laboratorios de la Facultad de Minas y ahora se espera que las pruebas se trasladen a cuatro unidades mineras en Chocó (dos en el municipio de Unión Panamericana y dos en Cértegui).

 

Luis Conto García, ingeniero metalúrgico y representante de Codechocó, afirma que la comunidad ha recibido bien la iniciativa del proyecto, principalmente los mineros de la zona. “Porque allí hay mineros que van con grandes retroexcavadoras, grandes dragas, y con ellos es más difícil. Los de la región tienen dolor de región entonces la reciben mucho mejor”.

 

Conto agrega que el papel de la Universidad Tecnológica del Chocó es el componente social con las comunidades, “el proyecto funciona por la parte tecnología pero también necesitamos la parte humana para que la gente lo asimile”.

 

El senador de la república Juan Diego Gómez Jiménez comenta que desde el gobierno nacional se busca tener una línea base sobre las actividades mineras en el país, conocer qué personas y bajo qué modalidades la están ejerciendo para luego establecer mecanismos que brinden mejoras a las condiciones en cada región.

 

“Se trata de encontrar salidas prácticas que le sirvan a la comunidad, especialmente ahora que hay tanta minería pero también tanta oposición”, agrega el senador y destaca que en el país ya existe una ley que prohíbe el uso del mercurio en la minería, pero que aún es necesario buscar cómo desde la formalización se pueden establecer maneras de que la gente acate realmente la norma.

 

Oswaldo Bustamante concluye que para la implementación de este tipo de propuestas es necesario iniciar un gran proceso educativo en el país, aunado a esfuerzos del gobierno central que partan desde la Agencia Nacional de Minería y el Ministerio de Minas y Energía, para de esta forma unificar estrategias desde lo político, lo académico y lo tecnológico.

 

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